lunes, 26 de enero de 2009

El amor tiende a impedir que el amante se sienta ajeno a la persona que ama; entonces recurre disimulos y asimilaciones, engaña sin cesar y finge una igualdad que no existe en la realidad. Esto se hace tan instintivamente que muchas mujeres enamoradas niegan que se dé este disimulo y este engaño dulce y constante, y se atreven a sostener que el amor nos hace iguales (es decir, que realiza el mayor de los milagros).
Este fenómeno es muy sencillo cuando una persona deja que la amen, sin fingimientos, dejando esta labor a cargo del otro amante; pero no hay una comedia más zarpada ni más loca que cuando ambos están llenos de pasión mutua. Entonces, cada uno de ellos renuncia a si mismo y se coloca en el nivel del otro, tratando de obrar siempre como él; en ese sentido ninguno sabe ya lo que imitar, lo que debe fingir, cómo debe presentarse. La locura que supone semejante espectáculo es demasiado hermosa para este mundo y demasiado sutil para los ojos humanos.

2 comentarios:

  1. No me gusta ni me disgusta. Lo hago porque es una obligación/responsabilidad y es una de las cosas en las que mejor me va jajaja, así que mejor conservarlo bien. Y...yo también te quiero mucho, nunca dejes de sonreír.

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  2. me gustó tu blog :)
    es raro pero igual esta bueno haha
    besoo

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